miércoles, 21 de octubre de 2015

Triunfo Arciniegas / La tía Teodora / Capítulo suprimido

Ilustración de Triunfo Arciniegas
Triunfo Arciniegas
LA TÍA TEODORA

        23


La tía Teodora enloqueció.
No derramó una sola lágrima en el entierro de la abuela.
Después comenzó a dibujar muñecos en las paredes y a salir sin calzones a la calle. Se levantaba el vestido y los muchachos se morían de risa.
–Vieja cochina –gritaban las mujeres.
La tía Teodora salió desnuda a la calle una o dos veces. Vimos su foto en El Norteño. La pobre se veía muy flaca.
–¿Entonces qué, cuñado? –le decían los amigos a papá.
La tía Teodora hizo otras cosas pero no sé si creerlas.
La policía subió a Los Garabatos y se la llevó. 

Nota: En la versión 22 (del 12 de octubre de 2015), "La tía Teodora" corresponde al capítulo 23. Ya no va. No encaja. O mejor que eso: no es necesario. Pero, aunque recién salido del horno, no resisto la tentación de publicarlo.
La tía Teodora, que en realidad no enloqueció, ha vivido por siempre en mi memoria. La tía Teodora y la abuela Candelaria son personajes de mi infancia. La abuela, quien falleció en Málaga cuando todavía era niño, es la base de la Carmen Sinsonte de La sirena de agua  dulce. El capítulo 20 (denominado "Visitas" y cuyo enlace puede pulsarse más abajo) explica un poco las relaciones entre estas dos mujeres atormentadas.
La tía Teodora de carne y hueso nunca se casó. La locura, no entiendo del todo por qué, es el destino que le tengo asignado. Sé que seguirá apareciendo una y otra vez en mi escritura. 

Cuernavaca, México, 21 de octubre de 2015

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